¿Qué es el administrador de una sociedad?


¿Qué es el administrador de una sociedad?

El administrador de una sociedad es el representante legal de una empresa y, por tanto, actúa en su nombre para realizar cualquier tipo de gestión bancaria, para efectuar inversiones y, en general, para cualquier otra iniciativa o decisión de especial trascendencia que adopte la sociedad.

Es decir, la figura del administrador representa un poder casi ilimitado dentro de una empresa. Eso sí, conlleva una serie de obligaciones y responsabilidades que podrían incluso afectar al patrimonio de la persona que acepta el cargo.


¿Cómo responden los administradores de una sociedad?

Una situación muy habitual es que haya personas que han aceptado la responsabilidad de ser administrador de una sociedad a cambio de un pequeño salario sin saber exactamente a qué se comprometen.

Sin embargo, ser administrador de una sociedad es una función que tiene más responsabilidad de la que muchas personas piensan. Es más, el no cumplimiento de sus funciones podría poner en riesgo su propio patrimonio.

En el ámbito laboral 

Cualquier incumplimiento de la normativa en materia laboral pone en marcha un proceso en el que las administraciones públicas van directamente contra el administrador. Por ejemplo, una cuota impagada de algún empleado o un incumplimiento en materia de seguridad laboral es una infracción suficiente para que la Seguridad Social exija responsabilidades al administrador.

En el ámbito fiscal

Al igual que ocurre con la Seguridad Social, la Agencia Tributaria también exigirá al administrador las deudas que la sociedad tenga con Hacienda. Basta con una declaración de IVA fuera de plazo para que Hacienda pida explicaciones al administrador.

En el ámbito mercantil

De acuerdo con el artículo 236 de la Ley de Sociedades de Capital, los administradores de una sociedad responderán frente a la sociedad, frente a los socios y frente a los acreedores de los errores u omisiones contrarios a la ley o a los estatutos. Una firma en un contrato con cláusulas contrarias a la ley o no participar en las decisiones del día a día son ejemplos de ello.

En el ámbito penal

Un administrador puede ser sancionado por delitos penales tales como alzamientos de bienes, estafas documentales, falsear cuentas y, en general, cualquier otro delito recogido en la legislación española.

En definitiva, ser administrador de una sociedad es una decisión que no debería tomarse a la ligera. No son pocas las ocasiones en las que, bien por desconocimiento, por buena fe, por parentesco o por ambición, nos lanzamos a aceptar una propuesta de administración que puede poner en riesgo nuestro propio patrimonio.


 

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